Tierra, siglo XX unos años antes del 2012.
Mientras tanto, aventuras de fractales encarnados, inmersos en otras realidades…
Llevo muchos años ya en este planeta, y aunque mi memoria recuerda malamente sólo los de ésta vida, sé que en el tiempo están esparcidos muchos más, porque mi sangre huele a vieja.
¿Habrá otras como yo en otras dimensiones?
Ese era un sentir de cuando era niña, junto con el de que venía al final de los tiempos, así que todo me parecía un “mientras que”.
Se hablaba del año 2000 y del 2012 pero, mientras, había que vivir en una época de aceleración y muchos cambios, inventos.
Mi niñez y la de mi abuela podrían compartir paisajes y rutinas, pero mi juventud ya no, todo se fue transformando, mi abuela se quedó mirando cómo se difuminaba su mundo, un mundo de siglos, mientras mi madre participaba activamente en la transformación.
Todo era demasiado entretenido, aumentó la educación, la información, la erudición, la ciencia, pero la consciencia no parecía seguir ese ritmo.
El año 2000 pasó sin ningún cataclismo alarmante que nos frenara, así que se mantuvo la aceleración, aunque muchos ya con la mosca detrás de la oreja por el 2012.
Porque en el caso de que fuéramos hacia el desastre, ¿cómo salir de esa inercia y cambiar la ruta y hacia dónde? Y en el caso de que no pasara nada, ¿cuál sería nuestro futuro?, ¿cómo y dónde cambiar tantos avances por consciencia?
Las preguntas estaban ahí y cada uno las miraba desde su particular viaje en el tren de esta vida.
Como mi salud no era buena, mi viaje me llevó por la senda de buscar sanación. Una búsqueda interminable, porque enseguida ves que no es solo una cuestión del cuerpo, que se ve, sino de todo lo que te compone y que no se ve.
Y ahí la cosa se complicaba porque, lo que no se ve es infinito y cuando creías que lo tenías agarrado por un sitio, con múltiples talleres de esto y de lo otro, nunca terminaba.
Empecé a sospechar que si bien la vida no parecía eterna, el camino de sanación si podía serlo.
El 2012 se acercaba y todo era incertidumbre, sabía que no me iba a pillar ni medianamente decente, estaba cansada, pasara lo que pasara, tenía claro una cosa: mi energía y mi atención solo se fijarían en lo fácil, simple, eficaz y rápido y además divirtiéndome.
¿Existiría ese camino? ¿Cómo encontrarlo entre tanta niebla?
Desde luego pensando y analizando NO, asi que me puse a olfatear y de pronto mi olfato colapsó mi mente y a mis demás sentidos, de una manera sutil, pero inequívoca ante alguien con apariencia de “ser plenamente consciente de si”, que empezaba a darse a conocer.
Como si acabara de aterrizar del más allá. Un ET despistao en un mundo despistador.
¿Cómo describir su perfume? No había palabras y eso me encantó.
Seguí su estela con sorpresa y curiosidad y ahora las palabras de ese perfume van llegando, con sus increíbles esencias: KrystalCity, Kryptonik, MCF y lo que queda por olfatear.
¡No encuentro nada que huela mejor!
Kahan Ra Dak, Red Tierra